Los desplazados internos se han multiplicado por 20 en menos de dos años en Burkina Faso, Malí y Níger
MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
Cerca de 13,4 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Burkina Faso, Malí y la región occidental de Níger debido a las «crisis complejas» que atraviesa el Sahel, una cifra que representa un récord histórico, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
«El número de desplazados internos se ha multiplicado por 20, de 70.000 a 1,4 millones, en menos de dos años en el Sahel central», dijo la agencia, y agregó que el número de personas que padecen inseguridad alimentaria grave en Burkina Faso se multiplicó por cinco en Burkina Faso, casi dos en Malí y aumentó en un 77 por ciento en Níger, en comparación con 2019.
Por ello, indicó que actualmente hay 6,6 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria en la región, aunque dijo que «esta cifra podría incrementarse por los efectos socioeconómicos» de la pandemia de coronavirus.
OCHA enfatizó que «las necesidades están en su punto más alto» debido a la «combinación de violencia armada, inseguridad, pobreza subyacente, gobernabilidad débil y fragilidad, presión ambiental vinculada al cambio climático y presiones demográficas», antes de advertir de eso «. es cada vez más difícil acceder a las personas vulnerables debido a la inseguridad, incluidos los ataques contra civiles y trabajadores humanitarios «.
En este sentido, ha destacado que entre los efectos del cambio climático se encuentran los más de 500.000 afectados por las inundaciones registradas este año en estos tres países, mientras que solicitó 1.400 millones de dólares (unos 1.180 millones de euros) para dar ayudas «críticas». a 9,8 millones de personas en esta región.
La evaluación de OCHA se publicó justo un día después de que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) declarara que el aumento de la violencia en estos países ha dejado a más de un millón de desplazados en el último año y provocado el 62 por ciento más víctimas.
Según la agencia, la población civil está pagando el precio más alto por la escalada de violencia a pesar de que, según el derecho humanitario, los civiles deben ser respetados y protegidos. Por lo tanto, según el proyecto ACLED, que monitorea la violencia en todo el mundo, más de 4.660 personas murieron en los primeros seis meses de 2020.
El presidente del CICR, Peter Maurer, advirtió al final de su visita a Burkina Faso y Níger durante la semana pasada que la intensificación de los combates pone en peligro el acceso a los servicios básicos, incluida la atención médica, y afecta la economía. frágil que también está amenazada por la pandemia de COVID-19.
«La combinación de la escalada de violencia y muertes, el cierre de las instalaciones de salud, los efectos del cambio climático y la pandemia COVID-19 hacen que esta crisis sea aún más compleja y le dan múltiples dimensiones», dijo Maurer. «Aquí enfrentamos múltiples dificultades que provocan un intenso sufrimiento a las familias», concluyó.
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