Guyana lucha por aprovechar al máximo su riqueza petrolera

El presidente de Guyana, Irfaan Ali, ha reconocido que «el tiempo no está de nuestro lado» mientras el país sudamericano se apresura a aprovechar al máximo su recién descubierta riqueza petrolera antes de que sea demasiado tarde.

Durante la última década, Guyana ha encontrado enormes cantidades de petróleo y gas debajo de sus aguas costeras.

Ahora cuenta con reservas de alrededor de 11 mil millones de barriles.

Esto lo sitúa entre los 20 primeros en términos de potencial, a la par de países como Noruega, Brasil y Argelia.

El pequeño país, que limita con Venezuela, Brasil y Surinam en el extremo noreste de América del Sur, actualmente cuenta con la economía de más rápido crecimiento del mundo.

Pero los hallazgos se producen en un momento en que el planeta intenta dejar de depender de los combustibles fósiles para hacer frente al cambio climático. Con el Acuerdo de París de 2015, los países se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a cero para 2050. Eso significa tratar de reducir el uso de petróleo.

En declaraciones a la BBC desde la capital, Georgetown, el presidente Ali admitió que «el tiempo no está de nuestro lado» a medida que aumenta la producción de petróleo, aunque añadió que «decir que estamos corriendo contra el tiempo es una exageración».

Y dijo que incluso si el mundo alcanzara sus objetivos de emisiones netas cero –lo que dudaba que sucediera– seguiría necesitando depender en gran medida de los combustibles fósiles, incluso después de 2050.

«Mientras les hablo, el 53% de la combinación energética mundial proviene del petróleo y el gas», dijo Ali. «Incluso si lográramos un compromiso total, todavía se espera que entre el 35% y el 40% de la combinación energética mundial provenga del petróleo y el gas. Por lo tanto, no veo de manera realista un fin inmediato a mediano plazo del petróleo y el gas». .

«Incluso si en 2070 y más allá nos encontramos en una situación en la que, digamos, el 40% de la combinación energética provenga del petróleo y el gas, ¿quién determina quién produce ese 40%? Estas son preguntas que deben responderse, porque es posible no decidir simplemente: “Estás fuera, estás dentro”. Esto es colonización de una manera diferente”.

La bonanza petrolera transformó la economía de Guyana. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), creció un 62% el año pasado y se espera que aumente otro 37% este año. Esta es la tasa de crecimiento más rápida del mundo.

Y la riqueza potencialmente será compartida entre un número relativamente pequeño de personas. Aunque Guyana tiene el mismo tamaño que Gran Bretaña, tiene una población de sólo 800.000 personas. La mayor parte es selva tropical.

De modo que el potencial de crecimiento económico per cápita es enorme. Ya ha aumentado significativamente. En 2015, cuando la petrolera estadounidense Exxon hizo su primer descubrimiento en aguas de Guyana, el producto interno bruto per cápita era de 11.000 dólares (9.380 libras esterlinas). Este año, el FMI espera que alcance los 60.000 dólares.

Ali ha dicho que su país no tiene planes de unirse al cártel petrolero de la OPEP e insistió en que su gobierno respetará los contratos que su predecesor firmó con Exxon, incluso cuando algunos activistas los criticaron por considerarlos demasiado generosos.

«El acuerdo podría haber sido mejor para Guyana», dijo Ali. «Exxon consiguió que el último gobierno firmara un buen acuerdo pero, mira, la santidad del contrato es muy importante para nosotros. No podemos volver atrás y renegociar».

Dijo que confiaba en que Guyana ganaría su disputa territorial con Venezuela, que reclama dos tercios del territorio de Guyana como propios. La disputa se remonta a finales del siglo XIX y hay un caso abierto ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

«Tenemos muy claro dónde están nuestras fronteras y tenemos mucha confianza en nuestro caso», dijo Ali. «Ya ha habido dos fallos y ambos fueron a favor de Guyana. Hemos alentado activamente a Venezuela a participar en este proceso y respetar el resultado de la Corte Internacional de Justicia».