Tanto los científicos como los filósofos han reflexionado mucho sobre cómo el tiempo puede parecer evaporarse en un instante o prolongarse indefinidamente, según el evento.
Un nuevo estudio ha identificado una parte del cerebro donde ocurre esta percepción, al menos en roedores.
En pruebas con ratas, investigadores de la Universidad de Oxford y del University College London en el Reino Unido, así como de la Fundación Champalimaud en Portugal, encontraron que la desaceleración o aceleración de la actividad en esta región del cerebro cambiaba la forma en que los animales podían juzgar el tiempo.
Los experimentos se centraron en una sección profunda del cerebro llamada rayado, que se relaciona con la planificación motora y de acción y la toma de decisiones. SMtodos los cambios de temperatura se utilizaron para modificar la actividad neural del cuerpo estriado.
«La temperatura se ha utilizado en estudios anteriores para manipular la dinámica temporal de los comportamientos, como el canto de los pájaros. Enfriar una región específica del cerebro ralentiza la canción, mientras que calentarla la acelera, sin alterar su estructura.» Él dice ecologista conductual Tiago Monteiro de la Universidad de Oxford.
«Pensamos que la temperatura podría ser ideal, ya que potencialmente nos permitiría cambiar la velocidad de la dinámica neuronal sin interrumpir su patrón».
Los investigadores han utilizado implantes para calentar o enfriar los cerebros de ratas. Análisis a continuación anestesia mostró que la actividad cerebral en el cuerpo estriado se acelera cuando la temperatura aumenta y se ralentiza cuando la temperatura desciende.
Cuando las ratas estaban conscientes, estos mismos cambios en la temperatura y la actividad cerebral se asignaron a percepciones alteradas del tiempo en experimentos de laboratorio. Un cuerpo estriado más caliente y más rápido significaba que el tiempo pasaba menos rápido; uno más frío y más lento significaba que el tiempo pasaba más rápido.
Sin embargo, los cambios de temperatura (y los cambios en el patrón cerebral resultantes) no afectaron la rapidez con que se movían los ratones, solo la rapidez con la que decidieron iniciar los movimientos. Parece que la percepción de qué tan rápido pasa el tiempo y qué tan rápido se debe hacer el movimiento es manejada por dos partes diferentes del cerebro.
En otras palabras, el cuerpo estriado gestiona cuándo hacer el swing con una raqueta de tenis, mientras que otra área del cerebro gestiona la velocidad del swing real. Esa otra área podría ser la cerebeloinvestigadores Deciruna región asociada con el control motor y la coordinación.
Los datos de resonancia magnética anteriores han sugerido que los ganglios basales también están involucrados en el comportamiento temporal en los humanos, pero se necesitará mucha más investigación para ver cómo se traduce esto exactamente entre las especies.
Usamos el tiempo todo el tiempo y cuando nuestro sentido del mismo se ve afectado, como en el caso del Parkinson, por ejemplo, el movimiento y la percepción se ven afectados. El estudio arroja más luz sobre los mecanismos cerebrales internos involucrados en los mamíferos.
«Hay mucho más misterio por desentrañar», Él dice Monteiro.
«¿Qué circuitos cerebrales crean estas ondas de actividad de tiempo en primer lugar? ¿Qué cálculos, además de mantener el tiempo, podrían estar realizando tales ondas? ¿Cómo nos ayudan a adaptarnos y responder inteligentemente a nuestro entorno?»
La investigación fue publicada en Neurociencia de la naturaleza.
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