Los maestros venezolanos abandonan la profesión en masa debido a los bajos salarios

de Gonzalo Dominguez Loeda

Caracas, 27 de agosto (EFE) .- El pasado mes de diciembre, luego de 17 años en clase, Jonathan González se convirtió en uno de los casi 200.000 docentes venezolanos que abandonaron la profesión por motivos económicos.

«Me entristece un poco renunciar a mi trabajo porque es parte de una vida, pero tomé la dolorosa decisión de arrancarlo de raíz, de retirarme», cuenta a Efe la exprofesora de arte.

González, de 42 años, ahora se gana la vida como tatuador.

Confiesa que la pérdida de su interacción habitual con estudiantes y colegas lo ha empujado a una depresión.

“Estás comprometido a vivir con tanta gente y ese tema de la enseñanza, que es algo positivo. Hay muchachos que aprenden de ti, te conviertes en una figura ”, dice González.

Al final, sin embargo, intervino la realidad económica: «El salario no alcanza ni para medio cartón de huevos».

El salario básico de los maestros de las escuelas públicas venezolanas equivale a menos de 20 dólares al mes.

“Fue difícil empezar de nuevo con otra ocupación”, reconoce González, si bien apunta que no es el único en hacer un cambio, ya que una veintena de los aproximadamente 45 profesores que fueron sus compañeros en un colegio de Caracas también se fueron en el último año.

Dice que sus momentos más intensos de arrepentimiento por dejar la profesión llegan cuando conoce a exalumnos.

«Los he visto vendiendo cosas en la calle o jugando», dice González. «Hay niños que no leen bien, que no pueden escribir ni hacer una presentación».

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«Esto, en el futuro, traerá mucho desconocimiento», concluye.

Morelis Carruido, de 54 años, quien dejó la docencia para dedicarse a la sastrería, dice que en un buen día gana lo que antes ganaba en un mes.

Unos 200.000 educadores -casi un tercio del total- han abandonado la profesión por necesidades económicas, explica a Efe la dirigente sindical docente Gricelda Sánchez, calificando la situación como «una gran tragedia».

Muchos estudiantes, dice, «simplemente se quedan sin un maestro».

Y es casi seguro que la presión financiera sobre los maestros se agudice cuando el gobierno decida volver a la escuela en persona, según Sánchez, que prevé «renuncias masivas».

Trabajar desde casa les dio a los maestros el tiempo y la oportunidad de buscar trabajos paralelos por dinero extra, pero el regreso a clases pondría fin a eso.

“Hoy, lamentablemente, la maestra no renunciará a este trabajo de reinvención para ir a la escuela porque no puede mantener a su familia de esa manera”, dice Sánchez. EFE gdl / dr

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