Gobierno y oposición de Venezuela acuerdan esfuerzos para facilitar el acceso a las vacunas

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Una nueva ronda de conversaciones entre el gobierno venezolano y la oposición respaldada por Estados Unidos ha producido un acuerdo que podría facilitar el acceso a las vacunas contra el coronavirus, así como una posición común sobre una disputa fronteriza con la vecina Guyana.

Aunque de alcance relativamente menor, los acuerdos en las conversaciones mediadas por Noruega en la Ciudad de México ofrecieron los primeros atisbos de esperanza de que el progreso en temas más sustantivos podría ser posible cuando las dos partes se reúnan nuevamente a finales de este mes.

Una vez que fue una de las naciones más ricas de América Latina, Venezuela se ha hundido en una crisis política y económica en los últimos años, provocando el éxodo de 5,7 millones de refugiados. Estados Unidos y la UE han impuesto sanciones al gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro por fraude electoral y violaciones de derechos humanos, pero no han podido sacarlo del poder.

A principios de 2019, Estados Unidos y la UE intentaron forzar un cambio de régimen reconociendo al líder de la oposición Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Maduro, que cuenta con el respaldo del ejército, respondió reprimiendo con más fuerza a la oposición y fortaleciendo su control sobre instituciones clave.

A principios de este año, la UE renunció al reconocimiento de Guaidó como presidente interino e impulsó nuevas conversaciones.

El gobierno noruego dijo que uno de los dos acuerdos durante las conversaciones se refería a la «protección social para el pueblo venezolano». En el otro, tanto el gobierno como la oposición han rechazado un histórico reclamo territorial de la vecina Guyana sobre la región rica en minerales del Esequibo.

El gobierno y la oposición venezolanos se reunirán nuevamente el 24 de septiembre en México para otra ronda de negociaciones, el cuarto intento en cinco años para resolver la crisis política de Venezuela. Los dos acuerdos anunciados representan un avance anticipado que estuvo ausente en los tres intentos anteriores.

La participación en las conversaciones reflejó la relativa debilidad de la oposición. El gobierno venezolano estuvo acompañado por su aliado cercano Rusia, mientras que la oposición fue apoyada por los Países Bajos en lugar de los Estados Unidos. El hijo de Maduro, Nicolasito, formó parte del equipo negociador del gobierno, pero el gobierno vetó con éxito la participación del enviado de Guaidó a Estados Unidos, Carlos Vecchio, en el equipo de oposición.

Como parte del acuerdo firmado en México, los noruegos dijeron que las dos partes acordaron una «mesa nacional» compuesta por tres representantes de cada lado para considerar formas de aliviar los problemas de salud y nutrición de Venezuela, con especial énfasis en ‘aliviar el impacto del pandemia de coronavirus.

Caracas ha tenido problemas para acceder a los medicamentos contra el coronavirus y tiene una de las tasas de vacunación más bajas de América Latina. Sus cifras oficiales de muertes son relativamente bajas, pero la oposición acusa al gobierno de manipular las cifras.

Cada parte también designará a dos personas para investigar los problemas que surgen del «cumplimiento excesivo» de las sanciones internacionales, que han impedido que las empresas extranjeras traten con Venezuela.

Sin embargo, los analistas cuestionan la sinceridad de Maduro en la búsqueda de una solución política. Muchos dicen que tiene la intención de utilizar las conversaciones para garantizar una relajación de las sanciones mientras se aferra al poder. Estas preocupaciones se ampliaron cuando Maduro dijo el domingo que quería «justicia severa» para Guaidó y se refirió a la oposición como «todos esos bandidos».